Su tranquilidad. Portugal se encuentra entre los 5 países más pacíficos del mundo. Es un país sereno. Los portugueses son muy afables y tranquilos, siempre les gusta hablar mucho en la calle, incluso con extraños.
Su gastronomia. La comida, fuertemente influenciada por la llamada "dieta mediterránea", es uno de los tesoros más preciados de Portugal. El aceite de oliva y el vino juegan un papel fundamental en la cocina, al igual que muchos platos de carne y pescado, especialmente el bacalao. Las sopas, los mariscos y los chorizos también tienen una presencia regular en la mesa, y no se olvide de deliciosos postres como la crema de leche o un simple pastel de crema, bien conocido más allá de las fronteras.
Su historia. Siendo un país cuya independencia se proclamó hace más de 800 años, Portugal tiene un legado histórico y cultural sin igual en todo el mundo. Los logros de los guerreros portugueses y los descubrimientos marítimos, los maravillosos monumentos como el Monasterio de los Jerónimos o el Palacio de Pena, o su liberación del fascismo del siglo XX en la famosa "Revolución de los Claveles" son elementos de un patrimonio único en el mundo.
Su hospitalidad. El típico residente tiene una gran apertura y simpatía hacia los visitantes. Es raro el turista que no mencione la amabilidad de los portugueses, basados en valores de tolerancia, solidaridad y generosidad, y aún más raro aquellos que son indiferentes a la hospitalidad. Una simplicidad y buena disposición natural que se revela para muchos contagiante.